lunes, 20 de octubre de 2008

¿Y SI AQUÍ TUVIESEMOS UN REY?

Quilvio Cabral Achécar

Yo tenía una opinión de la monarquía, igual que la de todos mis compatriotas, hasta que visité los países escandinavos. Recuerdo, que en Dinamarca, conversando sobre el tema con uno de los guías, le hice las mismas preguntas, que todos nos hacemos sobre los reyes. El tipo, a todas y cada una de mis interrogantes, le dio respuestas, que a mí particularmente, me convencieron sobre las ventajas de este sistema de gobierno. Desde entonces, soy monárquico y me encantaría, que aquí tuviésemos un rey, una reina y un reguero de príncipes y princesas.

Cuando trato de convencer a alguien de las ventajas de la monarquía, empieza por creer que lo estoy relajando. Luego, me dice que estoy perdiendo el juicio, pero al final, se muestra casi tan convencido como yo, de lo bueno y divertido, que seria tener un rey en este país tan canero.

El primer argumento negativo que me presentan es el económico: Para qué gastar tantos cuartos en una familia de “vagos”. Y realmente la cosa no sale tan costosa. Analicemos esto: Aquí una familia puede vivir como “reyes”, con un sueldazo de 2 millones de pesos mensuales. Esto es 24 millones al año. Pero y qué tanto son 24 millones para nuestro país? Primero, esta es una cifra insignificante con relación al presupuesto nacional, segundo, suponiendo que aquí trabajamos 4 millones de personas, esta suma se cubre, con que cada uno aporte anualmente, el valor de media Coca Cola, y tercero, esa “sumita” se la embolsilla cualquier funcionario de mediana categoría, en una “jugadita” de “doble A”. De manera que el asunto económico no es, para nada, significativo.

Pero si aun la gente insiste que esto es mucho dinero, un amigo me sugirió una vía por la que la monarquía nos puede salir gratis. Me habló del Príncipe Pablo, de Grecia, que es sobrino de la reina Sofía de España y está casado con una americana, que tiene todos los cuartos del mundo y que no le caería mal, jugar el papel de una reina, aunque sea en este país escandaloso del Caribe.

En cuanto a que son unos “vagos”, esto no es una gran novedad en nuestro país, pues aquí hay una pila de gentes, que siempre han vivido y se han comportado como reyes y que lo único que le han aportado a nuestra sociedad, ha sido dolores de cabeza.

En cuanto a las ventajas, la primera que le veo es que existiría en nuestro país una institución que estaría por encima de nuestros políticos, que por el solo hecho de haberlos seleccionados en unas elecciones, se sienten que se les ha otorgado todo el poder del mundo. Creo, que no estaría de más que nuestros funcionarios públicos sientan, que alguien está viendo sus actuaciones, aunque no haga nada. Peor es como estamos ahora, donde nuestros dirigentes se creen tener una “patente de corso” para hacer y deshacer lo que les venga en gana, sin que nadie se pueda meter con ellos, ni se les puede tocar con el “pétalo de una rosa”, porque fueron “elegidos por el pueblo”.

Por otro lado, un trabajito que tendrían los reyes y los príncipes, sería asistir a todas las inauguraciones, cumpleaños de famosos, aperturas de festivales, etc. que con tanta frecuencia ocurren aquí. Se imaginan, que nuestro Presidente y la “pila” de funcionarios que lo acompañan a estos actos y fiestas, dedicaran todo ese tiempo a trabajar? Alguien podría cuantificar el valor de ese tiempo tan valioso?

Otra ventaja que le veo a la monarquía, son todas las fiestas que tendríamos al año: El cumpleaños del Rey, que se casa la Princesa, que le nació un nieto, su primer “añito”, su bautizo, los chismes de la Princesa rebelde, los enredos del Príncipe mujeriego, etc, etc. Tendríamos revistas, solo dedicadas a llevarles la vida a la familia real y periodistas dedicados solo a ello.

Y la pregunta final que me hacen, es que quién entonces sería nuestro rey. Yo a eso no le doy mucha importancia, pues no creo que quien diseñó nuestra bandera, cuando la estaba creando, estaba pensando con qué tipo de tela se confeccionaría, ni creo, que quien compuso el himno nacional, cuando estaba escribiendo la partitura, estaba pensando en quien estaría tocando tal o cual instrumento. El Rey es un símbolo nacional, no un hombre, como la bandera no es un pedazo de tela, ni el himno una melodía cualquiera. El Rey es el país y estaría por encima de todos, incluyendo a los políticos “elegidos por el pueblo”.

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